Me comunican que un «personaje conocido» no estaría de candidato porque tiene un «expediente» y que se iria pronto a la Fuerza del Pueblo.
Los calificativos de «ladrones» parecen haberse quedado atrapados a los que «populan» en lo que los «fuercistas» le llaman «el viejo partido» y pocas veces se mira de «puestas para adentro» en el partido verde y la gran pregunta es que hace falta para militar en el «nuevo partido».
El cambiar de vida e incluso cambiar de partido podría ser una forma de poder no solo tratar de limpiar tu imagen, sino que puedes apuntar al pasado como si no fueras parte de él, cuando en realidad hasta el otro día eran lo mismo y aunque muchas de las «cosas» que vemos hoy pertenecen a los excesos de los últimos cuatro años, también es cierto que los desvaríos y políticas sociales erradas que no permitieron, por ejemplo, un desarrollo encaminado a subir índices educativos o proveer una salud adecuada a los ciudadanos, es culpa de todos, los del viejo y los del nuevo partido.
Se ha criticado la política del «entren to» que lleva a cabo la Fuerza del Pueblo donde no queda más remedio que colocarse la mano en la cabeza cuando alguien «conocido» entra a lo que los que «ya estaban» dicen es el partido de la «esperanza del pueblo» pero… ¿con los mismos?.
El intento necesario de la Fuerza del Pueblo de venderse más allá de Leonel e incluso, de arrastrar hacia si los propios errores de este y la imposibilidad de divorciarse de su pasado morado será, seguro, los grandes retos en un partido que hasta hoy no sabe cerrar la puerta a quien «escapa» creyendo que ingresar es algo así como una gran lavada de cara y quien sabe, un escape a la justicia.
